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En esta entrada voy a hablar de la presentación del grupo neerlandés
Epica de ayer, 28 de noviembre de 2009.
Después de hacer fila durante más de doce horas - que estuvo un poco caótica, pues muchas personas se colaron -, esperando a que permitieran la entrada, abrieron las puertas del teatro
Metropol. Los fanáticos,
probablemente cientos de ellos, acudieron a este espectáculo.
Al estar en el balcón con los amigos con los que asistí, no estuve tan cerca del escenario, pero eso no impidió que lo
disfrutáramos. Y de qué manera.
Aunque el grupo
telonero no tuvo una presentación muy afortunada - los problemas de sonido arruinaron su interpretación de un par de canciones al comienzo -, complació al público. No pasó lo que a veces sucede en espectáculos de este tipo: que el público haga presión para que se vayan y abran paso al siguiente acto, a fuerza de
gritos ofensivos y clamores por el grupo que quiere ver. Es más, el público lo aclamó y lo acogió calurosamente. Lástima que el grupo no es de muy alta calidad; aunque los músicos tengan una gran técnica instrumental, el cantante (que a la vez toca guitarra) es bastante desafinado. O bien, puede que no haya tenido su mejor día. Aparte de eso, las composiciones de este grupo no son muy buenas. Sus melodías son
relativamente pobres.
Pero vaya, tienen un buen futuro si se asocian con un buen compositor y un buen cantante: su instrumentación es virtuosa. El bajista, guitarrista/cantante y
baterista dieron de que hablar con su agilidad al tocar.
Finalmente, después de una espera que parecía inacabable - era de vital importancia que los técnicos corrigieran los problemas de sonido - llegó
Epica. Cuando ya muchos, llenos de impaciencia, estaban gritando que querían un reembolso, empezaron a aparecer en escena los integrantes del grupo. El público, numeroso, estaba eufórico y delirante. Es difícil describir todas las emociones que causa ver al prestigioso grupo en escena.
Empezaron con
Samdhi y
Resign to Surrender, introducción y pieza principal,
respectivamente, de una obra binaria de su último disco, titulado
Design your Universe, que es el que están
patrocinando en la presente gira mundial y que le da el nombre a la misma.
Hay que decir dos cosas al respecto de las primeras obras: el grupo empezó a tocar con firmeza y sin dudar ni errar, mas la
ecualización fue bastante deficiente. El volumen del teclado estaba muy bajo, lo que impidió disfrutar la interpretación plenamente.
Esta deficiencia fue arreglada con presteza después. A partir de ese momento, no hubo más problemas notables de
ecualización .
Ahora, vamos al asunto central: la actuación de
Simone Simons, diva del metal y actualmente una de las principales y más afamadas y queridas figuras femeninas del género...
Es
verdaderamente increíble. El calificativo y título que le dan muchos de
Diosa del Metal, no erra en lo absoluto. Su sola presencia inspira.
Cuando empezó a cantar, el público parecía poseído. Una fuerza misteriosa enloqueció a los que presenciaron el espectáculo. Ahora, tengo que decir que
Simone es una cantante de verdadera calidad, que podría incluso dedicarse cantar en el ámbito de la música académica. Se podría permitir abandonar el Metal - lo que nos dejaría desolados a muchos aficionados - y probar suerte con el
Lied o la Ópera.
Simplemente con decir que cantando piezas que tienen una exigencia para la voz que supera por mucho lo que podría lograr un cantante promedio y cantarlas tan bien, con desafinaciones contadas con los dedos en casi dos horas en escena, nos podemos dar cuenta del profesionalismo y dedicación de
Simone.
No sin antes disculparme por este exceso de elogios, haré la
descripción de su interpretación, que fue lo que prometí inicialmente y que el lector estará impacientado por encontrar.
Simone no cantó las canciones justo como están grabadas, las cantó llenas de fantasía; le puso ornamentos, como calderones,
apoyaturas, etc., así como
simplificaciones y
minimalizaciones, especialmente
rítmicas. A mi juicio, esto demuestra la verdadera valía de la presentación de un músico en escena. No atarse a la interpretación de estudio, si no llenarla de variaciones y giros que le dan un nuevo sabor y hacen de la música en vivo un género artístico distinto. A este género también le competen lo visual,
actoral y el contacto con el público. En todo esto deslumbró el grupo.
Simone y
Mark Jansen en especial.
Para describir la fantasía que le imparte
Simone a sus piezas, tomo como ejemplo los repentinos cambios de ritmo en
The Phantom Agony, que fueron los más destacables para mí.
En la parte del coro que dice
"(...)drives us away from the essence of life", cambiaba las notas largas de la versión de la grabación por una presta, sincopada y abreviada variación de la melodía que le daba un nuevo giro emotivo a la canción.
Memorables, también, fueron los cambios te octava que le dio a fragmentos de algunas obras.
En una, donde la versión grabada estaba en una octava alta, la bajó - dejando de lado la posibilidad de que haya estado cansada su voz, pues luego nos deslumbró de nuevo usando su registro más agudo -, dejando ver que su registro no está limitado a lo esperado, si no que también es hábil en el grave. Fue
sorpresivo y emocionante. Fue de las partes que más
disfruté de la presentación. Al comienzo pensé que alguno de los integrantes masculinos estaba cantando. ¡Me sobresalté al ver que era
Simone!
Ahora, tocando el tema de la interacción con y la invitación a la
participación del público, vale la pena retomar lo que dije antes. Ambos
Jansen,
Mark (guitarra y voz) y
Coen (teclados) y
Simone invitaron al público a involucrarse, a cantar los coros, a seguir los ritmos de pasajes agitados de varias piezas con las palmas y con gritos de "
jey" (
Cast.) y ¡a pedir a gritos otro
bis!
Hasta los espectadores que estábamos en el balcón nos sentimos en contacto con el grupo, al decir un integrante que no recuerdo (
Coen, creo):
"You people upstairs fucking rock!", pues simplemente al ver gente subida en las barandas, gritando, con los brazos al aire, haciendo el tradicional y característico gesto metalero con las manos... en resumen,
delirante, los integrantes de
Epica debieron entender la magnitud de la euforia del público, sin importancia de su ubicación. Las menciones a la actitud (que rayaba en la demencia) de nosotros, la masa de humanos anónimos, unidos por la misma locura, el público fanático, los seguidores incondicionales, que estaban presentes para verlos y que no mostraban ni el más mínimo gesto de agotamiento, aunque muchos de ellos hubieran esperado de pie durante tantas horas y hubieran saltado y gritado durante toda la presentación, no fueron pocas. Creo que los miembros de la agrupación se pueden sentir como en casa en nuestra ciudad, pues el público
bogotano les demostró una vez más que si vale la pena venir a nuestra ciudad.
Aquí está el programa de la presentación, suministrado por un amigo.
Leyenda:
(1) The Phantom Agony
(2) Consign to Oblivion
(3) The Divine Conspiracy
(4) Design your Universe
Programa:
Samadhi + Resign to Surrender (4)
Sensorium (1)
Quietus (2)
Chasing the Dragon (3)
Unleashed (4)
Martyr of the Free World (4)
The Obsessive Devotion (3)
The Imperial March (esta está en el album en vivo The Classical Conspiracy)
Fools of Damnation (3)
Tides of Time (4)
Deconstruct (4)
The Phantom Agony (1)
Bis:
Cry for the Moon (1)
Sancta Terra (3)
Consign to Oblivion (2)
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